La pobreza es cada vez más extensa, intensa
y crónica. Las
desigualdades se incrementan debido a un sistema fiscal injusto y unas
políticas de austeridad devastadoras que incluso ponen en cuestión la
universalidad de los servicios públicos. Mientras el costo de bienes y
servicios básicos como los alimentos , la energía y los medicamentos aumentan
sin freno , el acceso a la educación , la salud y los servicios sociales se
dificulta y el mercado laboral ofrece cada vez menos oportunidades , y en condiciones más precarias .
Ante
el deterioro de la situación y el proceso de polarización social acelerada que sufrimos,
debemos reaccionar. La pobreza es evitable y los procesos de empobrecimiento se
pueden detener. Conocemos algunas de las causas y, por tanto, podemos aportar soluciones:
1. Políticas y presupuestos generales que tengan como eje
principal la lucha contra la pobreza. No se trata de aplicar medidas paliativas,
sino de desarrollar políticas sociales y económicas orientadas al bienestar colectivo,
que frenen los procesos de empobrecimiento y las desigualdades.
2.
Políticas y presupuestos que garanticen unos servicios sociales básicos de
calidad y unas rentas mínimas vitales. Las políticas sociales no son lujos ni concesiones,
sino la manera de garantizar derechos fundamentales y sociales capaces de
reducir las desigualdades y asegurar una vida digna para todos.
3.
Polítiques y presupuestos que reconsideren la cuestión de la deuda pública. A
pesar del origen privado de la deuda, uno de cada tres euros de gasto público previsto
en el presupuesto español de 2014 se destina a pagar los intereses de la deuda.
Esto obliga a la ciudadanía a soportar políticas de recortes, austeridad y
aumento de la fiscalidad indirecta que penalizan los que menos tienen y
acentúan las desigualdades.
4.
Políticas y presupuestos para impulsar el empleo . Hay
que desarrollar con urgencia programas formativos y políticas de activación del
empleo que posibiliten el acceso al mundo laboral y que permitan oportunidades
reales a los colectivos más vulnerables, con mayor dificultad para acceder,
participar e integrarse en el mercado de trabajo.
5.
Políticas fiscales más justas y equitativas. La lucha contra la evasión y el
fraude fiscal puede hacer frente a la crisis de la deuda de manera mucho más
efectiva que los recortes o las medidas fiscales regresivas. Es necesaria una
fiscalidad más redistributiva, una acción efectiva contra la impunidad y la
opacidad de los paraísos fiscales, y una beligerancia firme contra la
duplicidad de cargos y las diferencias salariales desproporcionadas.
6.
Políticas más transparentes y participativas. Es urgente reforzar la confianza
en el sistema político, ampliar los mecanismos de participación ciudadana y
garantizar el acceso de la ciudadanía a la información de instituciones y
organismos públicos.
7. Políticas
coherentes y visión global. Igual que no resulta lógico suprimir impuestos a
las grandes fortunas si lo que se quiere es aumentar los ingresos, no podemos
generar riqueza empobreciendo o generando más desigualdades en otros países a
través de la deslocalización o las inversiones socialmente irresponsables
.
construir una sociedad más justa y cohesionada, estas medidas deben ir
acompañadas de la ineludible responsabilidad individual y colectiva de todos y
cada una de nosotros. Hay
que rehacer los vínculos dañados por décadas de individualismo y fortalecer las
redes de protección informal en base al compromiso y la solidaridad cotidiana. Como
sociedad debemos practicar cooperar y educar a las futuras generaciones de
ciudadanos y ciudadanas en valores que las hagan libres, críticas y orientadas
a la búsqueda del bien común .
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