El obispo de Sant
Feliu de Llobregat, Agustí Cortés, discrepa con que las mujeres tengan
"derecho a decidir sobre su propio cuerpo" puesto que en la jerarquía
de derechos prevalece el derecho a vivir. Además dice que los fetos no pueden
considerarse "propiedad" de la madre.
La voluntad de
controlar y tutelar los cuerpos de las mujeres, su sexualidad y, en general sus
vidas, específicamente el derecho a decidir y el derecho universal a la salud, responde,
claramente, a una ofensiva de corte neoliberal pero sin duda de corte
patriarcal, representado en este obispo.
La existencia de
un marco regulador que permita el ejercicio libre del derecho al aborto significa
la creación de garantías de protección para que mujeres que tengan que hacer
uso de él no pongan en riesgo su vida.
Los países que
tienen menores tasas de aborto, se rigen por leyes de aborto no restrictivas,
dentro de un marco responsable que incluye educación sexual universal en las
escuelas y servicios de planificación familiar de fácil acceso y el acceso a
anticonceptivos de emergencia.
En pleno siglo
XXI es incuestionable que el aborto es un derecho que supone la libertad de las
mujeres para decidir sobre su propio cuerpo y su propia vida, pues nadie podrá
negar que la vida de las mujeres se ve afectada con la obligación de llevar a
término un embarazo no deseado, más a más si este embarazo pudiese acarrear
daños a la salud física o psíquica.
Cuestionar la
propiedad de una parte del cuerpo de una persona, como es un feto, cuestionar
que una mujer pueda decidir sobre su propio cuerpo, todo ello, responde, a los
intereses más enquistados de la iglesia católica española, ahora también, del obispado de nuestra ciudad.
Sumémonos a la
convocatoria de protesta a las declaraciones del obispo Agustí Cortes Soriano,
hoy frente al obispado de Sant Feliu a las 19:30, en la C/ armenteras, 35
Porque en pleno
siglo XXI es incuestionable que el aborto es un derecho que supone la libertad
de las mujeres para decidir sobre su propio cuerpo y su propia vida.