La POLITICA
es el mecanismo para poner en común los diferentes intereses que todos nosotros tenemos de manera individual.
La corrupción que existe en algunos PARTIDOS POLITICOS nada tiene que ver con la
POLITICA, y, existen leyes que regulan la actividad interna de los partidos
políticos para evitar esta corrupción.
El nivel
que ha alcanzado la corrupción EN ALGUNOS PARTIDOS POLITICOS, insisto NO EN LA
POLITICA, se debe a la ausencia de reciclaje de los residuos tóxicos que
generan nuestros partidos. La ley española de partidos políticos está vacía de
contenido y permite que, en la práctica, los partidos se autorregulen. Esto es
una anomalía gravísima e insólita en las democracias avanzadas. Los partidos
políticos no deben autorregularse porque son entidades especiales a las que se
les reconoce el monopolio de la representatividad política. Este reconocimiento
no debe darse sin un riguroso control legal para evitar que los partidos acaben
convirtiéndose en élites que dedican sus esfuerzos a su propio bienestar y al
del grupo al que pertenecen, abandonado el concepto de POLITICA, como mecanismo
que sirve para poner en común los intereses de muchas personas.
Vivimos las
consecuencias de una herencia de la Transición, ya que en su dia se decidió
potenciar la estabilidad de los partidos cediendo un poder casi ilimitado a sus
cúpulas dirigentes. Pesaba mucho el recuerdo de la inestabilidad política
durante la II República y se confiaba en que partidos estables dieran lugar a
una democracia estable. Además, se creía que este tipo de partidos era una
garantía de unidad política ante el proceso descentralizador del Estado de las
Autonomías. Hoy hay que reconsiderar esa decisión, porque el precio que se ha
pagado por ella ha sido excesivo; tenemos una corrupción a la que no es posible
poner límites y que tiene efectos cancerígenos. No se trata de cargos
cometiendo delitos o de partidos buscando dinero extra, se trata de empleados y
políticos integrados en los aparatos que los utilizan para enriquecerse sin
control o para conseguir ingresos adicionales escapando al control de Hacienda.
De la corrupción individual se ha pasado a una fase institucional y la
consecuencia ha sido la degeneración de la competencia técnica y capacidad de
liderazgo de nuestros políticos.
Hace falta
una nueva ley de partidos políticos que imponga la democracia interna y la
transparencia, que obligue a tener mecanismos de reciclaje de residuos tóxicos.
Pero esto es lo último que hará una élite que dedica sus esfuerzos a su propio
bienestar y al del grupo al que pertenecen. Por ello es necesario un amplio
movimiento ciudadano para exigir una Ley de Partidos.
Los
ciudadanos lo podemos, lo debemos de hacer, para acabar con la corrupción de en
algunos partidos políticos tomando
consciencia de la capacidad extraordinaria que poseemos para decidir, valorar, oponernos,
regular y opinar sobre todas las cosas que nos afectan, y transformar la realidad
que nos rodea, pero tenemos que renunciar al cómodo inmovilismo que nos rodea y
pasar a la acción. Tenemos que ser conscientes del increíble poder que poseemos
como individuos, ya que la suma de millones de pequeñas acciones han alterado,
en muchas ocasiones, el transcurso de la historia y ahora estamos en ese
momento.
Tal y como
afirmaba el maestro Gandhi, nosotros debemos ser el cambio que queremos ver en
este mundo y la POLITICA debe ser el mecanismo que debemos utilizar junto a
nuestra conciencia del increíble poder que poseemos como individuos, para eliminar
la corrupción en los PARTIDOS POLITICOS, añado yo.
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