martes, 16 de julio de 2013

Los residuos toxicos que generan algunos partidos politicos


La POLITICA es el mecanismo para poner en común los diferentes intereses que  todos nosotros tenemos de manera individual. La corrupción que existe en algunos PARTIDOS POLITICOS nada tiene que ver con la POLITICA, y, existen leyes que regulan la actividad interna de los partidos políticos para evitar esta corrupción.

El nivel que ha alcanzado la corrupción EN ALGUNOS PARTIDOS POLITICOS, insisto NO EN LA POLITICA, se debe a la ausencia de reciclaje de los residuos tóxicos que generan nuestros partidos. La ley española de partidos políticos está vacía de contenido y permite que, en la práctica, los partidos se autorregulen. Esto es una anomalía gravísima e insólita en las democracias avanzadas. Los partidos políticos no deben autorregularse porque son entidades especiales a las que se les reconoce el monopolio de la representatividad política. Este reconocimiento no debe darse sin un riguroso control legal para evitar que los partidos acaben convirtiéndose en élites que dedican sus esfuerzos a su propio bienestar y al del grupo al que pertenecen, abandonado el concepto de POLITICA, como mecanismo que sirve para poner en común los intereses de muchas personas.

Vivimos las consecuencias de una herencia de la Transición, ya que en su dia se decidió potenciar la estabilidad de los partidos cediendo un poder casi ilimitado a sus cúpulas dirigentes. Pesaba mucho el recuerdo de la inestabilidad política durante la II República y se confiaba en que partidos estables dieran lugar a una democracia estable. Además, se creía que este tipo de partidos era una garantía de unidad política ante el proceso descentralizador del Estado de las Autonomías. Hoy hay que reconsiderar esa decisión, porque el precio que se ha pagado por ella ha sido excesivo; tenemos una corrupción a la que no es posible poner límites y que tiene efectos cancerígenos. No se trata de cargos cometiendo delitos o de partidos buscando dinero extra, se trata de empleados y políticos integrados en los aparatos que los utilizan para enriquecerse sin control o para conseguir ingresos adicionales escapando al control de Hacienda. De la corrupción individual se ha pasado a una fase institucional y la consecuencia ha sido la degeneración de la competencia técnica y capacidad de liderazgo de nuestros políticos.

Hace falta una nueva ley de partidos políticos que imponga la democracia interna y la transparencia, que obligue a tener mecanismos de reciclaje de residuos tóxicos. Pero esto es lo último que hará una élite que dedica sus esfuerzos a su propio bienestar y al del grupo al que pertenecen. Por ello es necesario un amplio movimiento ciudadano para exigir una Ley de Partidos.
Los ciudadanos lo podemos, lo debemos de hacer, para acabar con la corrupción de en algunos partidos políticos  tomando consciencia de la capacidad extraordinaria que poseemos para decidir, valorar, oponernos, regular y opinar sobre todas las cosas que nos afectan, y transformar la realidad que nos rodea, pero tenemos que renunciar al cómodo inmovilismo que nos rodea y pasar a la acción. Tenemos que ser conscientes del increíble poder que poseemos como individuos, ya que la suma de millones de pequeñas acciones han alterado, en muchas ocasiones, el transcurso de la historia y ahora estamos en ese momento.

Tal y como afirmaba el maestro Gandhi, nosotros debemos ser el cambio que queremos ver en este mundo y la POLITICA debe ser el mecanismo que debemos utilizar junto a nuestra conciencia del increíble poder que poseemos como individuos, para eliminar la corrupción en los PARTIDOS POLITICOS, añado yo.

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